Hay quienes creen que cualquiera puede escribir en internet y tener una web rentable.

Pero entonces, ¿por qué hay webs que no captan tu atención y las cierras automáticamente?

Es como ver una de esas películas que ponen en la tele después de comer y te acabas durmiendo esperando a que terminen los anuncios.


No quiero que tu web sirva de somnífero a nadie, así que si quieres que tus textos enganchen tanto como una serie de Netflix, quédate por aquí que te lo explicaré.


Sentí unas ganas tremendas de besarle. Allí mismo, entre todo ese barullo de gente.

Ese día me había costado levantarme, hacía frío y estaba nublado, por la noche había estado lloviendo y se notaba la humedad en las ventanas.

Me daban ganas de darme la vuelta y acurrucarme de nuevo, estaba tan calentita.

Pero de repente, el odioso sonido del despertador me hizo saltar de la cama con desgana.

Fui hacia la cocina, me preparé un café en mi taza preferida. El olor del café me encanta, me ayuda a despertar y poner mi cabeza en orden. Con la taza en la mano me senté en un taburete alto.

Miré a mi alrededor.

En ese instante decidí que esa situación no podía continuar por más tiempo y ese mismo día iba a resolver el problema.

Ya estaba harta.

La solución no podía ser muy complicada. Me acordé de una frase de Mr. Wonderful que decía «¿Y si dejas de desearlo y te pones a ello?» , eso me dió la fuerza que necesitaba en aquel momento.

Así que, salí a la calle y comencé mi recorrido.

Sabía dónde tenía que ir, ya lo había hablado con algunas amigas e incluso con un vecino que es ingeniero y trabaja desde casa. Así que, ni corta ni perezosa entré al primer sitio, el que me recomendó mi mejor amiga.

Ese sitio era muy feo.

Estaba tan lleno de cosas, que no encontré lo que buscaba. Me agobié y salí como alma que lleva el diablo.

– “Vale”, me dije.
– “Esto no va a poder conmigo”.

Me dirigí entonces a otro sitio que tenía muchas luces y carteles de colores que anunciaban ofertas cada semana.

Era bonito, estaba todo muy bien colocado y había música bastante alta como de discoteca.

Leí un montón de carteles pero no entendía nada, unos me prometían que iban a transformar mi vida, algunos decían que tomara acción, otros que rellenara unas plantillas, un par decían que si compraba algo me regalarían el doble…

Yo no quería transformar mi vida, a ver, a veces una se viene arriba y alguna vez he pensado en cómo sería ser Beyoncé pero de eso a querer transformar mi vida, va un trecho… ¿y qué es eso de tomar acción? No necesito más acción, ya tengo demasiada acción, con los niños, el trabajo y lo que tengo encima, son demasiadas acciones para mi body… Y lo de las plantillas que me van a hacer la vida más fácil, pues como no sean las que usaba para hacer manualidades con mi hijo de pequeño… Bueno, y eso de regalarme cosas por más valor del que compro, ¡pero alma de cántaro, menudo negocio vas a hacer!

¿Me estaba volviendo loca?

Esto no estaba resultando como me imaginaba. Habría que persistir.

No me daba por vencida.

Recordé que mi vecino, el ingeniero, me aconsejó un sitio donde él solía ir, así que allí me encaminé. Estaba decidida a conseguir mi objetivo.

Aquel lugar estaba realmente bien, todo bien colocadito, con sus indicadores bien puestos y con bastante sentido.

Pronto localicé hacia dónde dirigir mis pasos, por fin había encontrado lo que buscaba.

Vaya, no entendía nada.

Solo veía listas de características, y abreviaturas de cosas que no sabía ni qué eran ni para qué servían. 77db, A++, 6kg, 1.000 rpm. Todo eso me sonaba a chino, seguro que mi vecino lo entendía porque es ingeniero pero yo soy de letras, de toda la vida.

Qué frustración.

No aguantaba ni un día más viendo la montaña de ropa sucia en el lavadero, tenía que comprar la lavadora hoy mismo. Y se me acababa el tiempo.

Seguí caminando y pasé por delante de un escaparate, había electrodomésticos y un chico me sonreía desde dentro de la tienda.

¿Era una señal? ¿O era mi desesperación pidiendo a gritos que terminara este calvario?

El caso es que entré.

El chico me recibió y me acompañó.

Me sentía cómoda con él porque entendía perfectamente todo lo que me estaba diciendo, no me hablaba de watios, revoluciones por minuto ni palabros como los que había en las otras tiendas.

Sabía en todo momento lo que yo quería.

Y era que en mi lavadora cupiera toda la ropa de la familia, que no saliera la ropa muy mojada porque luego tarda mucho en secarse y que consumiera poca electricidad, claro, que la luz está por las nubes.

Pues eso, tan sencillo y tan fácil. Y fue Pedro, en su maravillosa tienda el que me entendió y me dio lo que necesitaba.

Mi nueva lavadora.

Sentí como si me hubiese salvado la vida.

Sentí ganas de besarle.

Y cuando salí de su tienda sabía que iba a volver.

Bien.

Si has leído toda esta historia pienso que es porque te ha enganchado y la lectura te ha ido arrastrando de un párrafo a otro sin darte cuenta.

Te ha entretenido.

Si ha sido así me alegro, porque ese era mi objetivo. Entretenerte.

Pero hay algo más.

La protagonista de la historia soy yo. Pero, ¿podría haber sido un cliente tuyo?

¿Has pensado alguna vez cómo se siente tu cliente cuando entra en tu web?

Las personas entran buscando algo que solucione su problema pero en muchas ocasiones se encuentran con:

Indiferencia

Webs con contenidos que no llaman la atención en absoluto.

Caos

La información está dispuesta sin sentido del orden o la estética.

Incomprensión

Venden humo, frases copiadas, anglicismos, o tecnicismos.

Tu posible cliente ha buscado en Google, ha llegado a tu web (con lo que cuesta que un usuario te encuentre entre tanta competencia), navega un rato pero no hay nada que le ayude a encontrar lo que desea.

No me estoy refiriendo solo a productos, también puede ser un servicio.

Pero, ahora hablemos de ti. No de tus posibles clientes.

De ti.

Ellos importan mucho. Pero al fin y al cabo, tú tienes un negocio, no una ONG.

Supongo que, además de la contabilidad, también estarás pendiente de las métricas de tu web. A veces puede parecer un rollo, lo sé. Pero eso te indica si estás obteniendo resultados y aporta datos como:

Tráfico

Cuántos, y desde dónde, llegan a tu web.

Tasa de Rebote

Cuántos entran y se van enseguida.

Tasa de Conversión

Cuántos se quedan y compran.

Mira, yo no soy ni experta en marketing, ni en SEO, ni te voy a hablar de palabras en inglés que quizás no comprendas. Pero algo entiendo de esto y si no lo estás haciendo ya, te aconsejo que le metas caña al Google Analytics.

Porque lo que no se mide no se puede mejorar.

Tampoco te voy a meter en la cabeza que si tu tasa de conversión es del 1% aplicando el copy en tu negocio vas a aumentar hasta un 4%.

No te lo digo porque no te lo puedo asegurar.

Pero sí te diré que aumentar, va a aumentar. Seguro.

¿Qué vas a conseguir si te escribo una página de ventas, un sobre mí, una web completa o una campaña de email marketing, por ejemplo?

  • Lograrás tener tiempo para dedicarte a lo que sabes hacer y a tu negocio. Se acabó estar resolviendo dudas y consultas porque en tu página estará todo clarito y bien explicado.
  • La manera más sencilla y honesta de vender tu producto o servicio, sin bajar los precios en ningún momento.
  • Vas a enamorar a tu lector como si estuvierais en una playa paradisíaca susurrándole al oído mientras admiráis la puesta de sol… Vale, igual me he pasado, me ha quedado un poco gurú, pero puede que te quiera un poquito más.
  • Es hora de diferenciarte de tu competencia. Deja de hacer lo que hacen otros “porque les funciona”. Steve Jobs y todos esos CEO’s que ves en la revista Emprendedores, decidieron seguir un camino único y propio. ¿Por qué tú no lo haces?
  • Diles alto y claro a todos qué es lo puedes hacer por ellos y qué van a ganar por ser tus clientes. Nada mejor que plantarse a pecho descubierto con una buena propuesta de valor. Te aseguro que te lo agradecerán.

¿Seguimos poniendo un toque de copywriting a tu negocio?

Vamos.

  • En la investigación está el quid de la cuestión. A estas alturas ya deberías conocer quién es tu cliente ideal y cómo se comporta, y conocer tu producto y tu competencia. Si no lo sabes aún, nos ponemos la bata de investigadores y ¡a diseccionar se ha dicho! Sin una buena investigación, no puedo darle a la tecla.
  • Que no falte una buena historia. Ojo con el poder del storytelling, es como el ingrediente secreto de esas recetas que pasan de generación en generación, conecta con las personas de una forma emocional y sutil. Además es que es muy agradecido porque igual lo puedes usar en la web, que en los emails, en las redes sociales o en los post del blog…si es que vale para todo.
  • Y con las emociones hemos topado. ¡Qué haríamos sin ellas! Hacer sentir un estado de ánimo a un prospecto, que sienta la angustia del problema que vas a resolverle o la motivación que necesita para contratar el servicio que le ofreces. Es lo que hacen las campañas de publicidad de las grandes marcas y lo que tú puedes hacer también, en tu mano está.
  • Un remedio eficaz para no aburrir con descripciones tediosas.
  • Porque esto no va de vender un producto o servicio, no, no…¿O crees que el tipo que va subido encima de un caballo blanco en el spot de Old Spice vende desodorantes? Nada de eso, vende solemnidad galante. Y eso no lo digo yo, lo dice mi amigo Roberto, que sabe la tira de esto.
  • El presupuesto al que todos los clientes te dirán ¡Sí, quiero! ¿Quieres que acepten tu presupuesto sin rechistar? Haz ver en él el valor que tiene lo que vendes.
  • ¿Y lo que San Google te va a querer? Le vas a dar lo que a él le gusta: que los usuarios naveguen por tu página con interés, que se queden un buen ratito en ella y que todas las palabras que lee su robot las entienda la mar de bien. Y con algo de tiempo y paciencia te hará visible para que todos vean cómo le mimas.
  • Te puedo dar mil y una razones más por las que contratarme para aplicar el copywriting en todos tus textos.

¿Con todo esto vas a aumentar las ventas?

Probablemente sí. Sinceramente, el objetivo del copywriting es que el cliente, usuario o lector lleve a cabo la acción que tú te has propuesto que haga.

Esto puede ser hacer click en el botón de “compra” , aumentar suscriptores para enviarlos a un embudo de ventas y a una campaña de email marketing, hacer que aterricen en una landing page específica, etc.

Eso depende de ti.

Al igual que influye el tráfico que tengas en tu web, las interacciones con tus clientes en tus redes sociales, tu profesionalidad o lo “vendible” que sea tu producto o servicio.

Quizás te hayan dicho que el copywriting es tan fantástico que solo con poner botones de colores y escribir textos de purpurina, ya vas a triplicar tu facturación.

Pero eso es cuando contratas a la Srta. Pepis para que te escriba los textos.

Yo tengo pelazo y me hago la manicura para teclear. Antes muerta que sencilla, of course.

Pero también peino algunas canas en este pelazo (aunque no se me note) y tengo la suficiente sensatez como para diferenciar entre un marketing serio y un mercado de trileros. Así es.

¿Aún te quedan dudas?

Aquí te dejo las preguntas que suelen hacerme mis clientes antes de contratarme.

¿Cómo vamos a trabajar?

Todo el proceso te lo detallo en un contrato previo que te enviaré. Pero básicamente vamos a seguir estos pasos:

Tras la aprobación del presupuesto, se realiza el ingreso del 50%.

Tendremos una reunión on line o presencial (con un café, mejor) donde me explicarás en qué punto se encuentra tu negocio y hacia dónde te gustaría ir.

Realizaré un formulario personalizado que te enviaré y me tendrás que devolver contestado lo más detalladamente posible. Has de saber que va a ser largo. Es importante que lo rellenes en el plazo acordado y con detalle. Sin esto no puedo empezar a trabajar.

Es mi turno para investigar sobre la empresa, el buyer persona y el sector de tu negocio.

Te entregaré textos para su revisión y conforme a los plazos que hayamos acordado. Me los devolverás revisados.

Una vez revisados y modificados. Te entregaré los textos en su versión final en un documento de Google para que sean maquetados por tu diseñador web.

¿Qué es lo que no incluye tu servicio?

Me gustaría decirte que puedes pedirme que busque fotos en bancos de imágenes, que las maquete, que edite y publique en tu web peeero no va a ser posible. Mi tiempo es limitado y costoso. Por lo que tendría que hacer un presupuesto adicional para esos servicios. Si estás interesado, estaré encantada de mandártelo.

Soy un emprendedor muy ocupado y no dispongo de mucho tiempo, ¿cuánto dura este proceso?

Soy consciente de la limitación que tenemos todos en cuanto a tiempo. Recuerda que yo también gestiono mi propio negocio. ¡Qué me vas a contar a mi de tiempo! 😉

Por eso, no atiendo más de un proyecto a la misma vez. En el contrato detallaré los plazos, basándome en el trabajo y la inversión que me suponga.

Mi energía ha de estar en tu proyecto, si veo que no puedo ser capaz de afrontarlo, no lo aceptaré. O buscaremos otras fechas.

¿Crees que el copywriting se puede aplicar a mi empresa?

Es una buena pregunta. Ya te comenté un poco más arriba.
Si quieres que los textos de tu página web expresen los valores de tu marca y dejen un mensaje claro a tus clientes. Ayudando a sentar unas bases sólidas a tu proyecto.

Entonces, sí.

¿Cuánto me va a costar esto y cuál es el método de pago?

Como puedes figurarte, no hay dos proyectos exactamente iguales.
Yo estudio cada uno de ellos detenidamente con los datos que recojo y sobre eso hago el presupuesto personalizado.

Pero de manera orientativa te diré que los precios oscilan entre 49,50 + IVA € (una página de contacto) y 786 + IVA € (web completa)

Ya te adelanté antes, el 50% del presupuesto se paga antes de empezar el proyecto mediante transferencia bancaria y el resto se abona una vez yo te haya entregado los textos definitivos.

¿Merece la pena esta inversión?

Durante toda la página de servicios he sido muy sincera.

Algunos negocios salen adelante y venden sin echar mano del copy en sus contenidos. Sobre todo en España.

Lo que sí te puedo decir es que los que han aplicado el copywriting en esos textos, han notado la diferencia.
La tasa de conversión aumenta. Imagina que tu tasa de conversión está en un 2% y tienes unas 4.000 visitas mensuales a tu web. Por lo tanto, obtienes 80 clientes al mes desde tu web.

Contratas a un copy que te escriba los textos de forma persuasiva y aumenta, por ejemplo un 1,5% tu tasa de conversión.

Estarías en un 3,5% de tasa de conversión, esto significa que tendrías 140 clientes al mes.

Mira la diferencia. Solo estimando un aumento del 1,5% la tasa del conversión.

Pero, como siempre te digo, todo depende de ti y de aplicar las estrategias adecuadas en tu negocio.